martes, febrero 16, 2010

GLOSA A LOS "GOYA"


Como miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España asistí a la entrega anual de premios. He aquí mi crónica.


Como en otras ediciones, fue invitado a la Gala de los “Goya”. Es una buena ocasión para saludar a los colegas y conectar con el denominado Mundo de la Farándula, que también es el mío como veterano crítico e historiador del Séptimo Arte.

Las actrices lucían sus mejores vestidos, aunque la fiesta fue aguada por la lluvia y el frío –al día siguiente nevaría en Madrid– y, también, por los manifestantes que se reunieron con pancartas frente al Palacio de Congresos, protestando contra la represión por las descargas de Internet y del sistema de subvenciones al cine español, aparte de un grupo de trabajadores de TVE que está en paro.

Con todo, la Gala conducida por Andreu Buenafuente fue brillante. Y los principales galardones se los llevó la comentada Celda 211 (véase reseña más abajo), pues el thriller carcelario de Daniel Monzón obtuvo ocho “Goyas”: Mejor película, director, guión adaptado, actor protagonista (Luis Tosar), actriz de reparto (Marta Etura), actor revelación (Alberto Ammann), montaje y sonido; mientras la otra candidata –la discutida Ágora de Alejandro Amenábar– recibió siete, la mayoría técnicos, entre ellos Mejor guión original que, en mi opinión, no merece (véase asimismo crítica).

Le siguieron en “Goyas”, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella (Mejor película hispanoamericana y a la actriz revelación, Soledad Villamil), y con dos estatuillas, Yo, también –Mejor actriz principal, Lola Dueñas, que derrotó a la presente Penélope Cruz; y la canción original de Guille Milkway–; al tiempo que dos cineastas catalanes triunfaron en sendos galardones: Mar Coll, como Mejor dirección novel por Tres dies amb la família, y Edmon Roch, como Mejor largometraje documental por Garbo, el espía (véanse reseñas en este blog).

La sorpresa del fin de fiesta –hasta el cóctel que se nos brindó entrada la madrugada– fue la llegada de Pedro Almódovar para entregar el “Goya” más codiciado, quien se reconcilió con la Academia Española (ahora sólo falta ganarse a José Luis Garci) y tuvo palabras de afecto para el presidente Álex de la Iglesia, que pronunció a mitad de la Gala un discurso muy comedido y humilde sobre la cinematografía de nuestros amores (y dolores).

Si hay que hablar de un perdedor éste sería Fernando Trueba, que obtaba a nueve premios por El baile de la Victoria y no se llevó ninguno; mientras Los abrazos rotos de Almodóvar sólo alcanzó el “Goya” a la Mejor música original (Alberto Iglesias ya ha batido el récord de estatuillas: ocho). Por último, fue emocionante el Goya honorífico a Antonio Mercero, popular cineasta televisivo que hoy sufre Alzheimer.

No obstante, me gustaría añadir una cosa: se habla del 2009 como un año fabuloso para el cine español, por su gran aumento de la taquilla. Pero, a decir verdad, se debe al éxito de dos películas, Celda 211 y Ágora. Francamente, hasta que no sean media docena los filmes que centren la atención del público, no podremos cantar victoria.

jueves, febrero 04, 2010

"BULLYING", UNA NOTABLE PELÍCULA SOBRE EL ACOSO ESCOLAR


El pasado lunes, día 1 de febrero, se otorgaron los Premios “Gaudí” de la Acadèmia del Cinema Català. Los más importantes fueron para las películas ya comentadas en este blog: Tres dies amb la família, Garbo. El espía y Los condenados. Se quedó sin galardón otro importante filme catalán que voy a reseñar aquí: Bullying (2009), de Josecho San Mateo.


Barcelona, 2008. Un adolescente de 16 años, Jordi, que acaba de perder a su padre, se traslada con su joven madre a la Ciudad Condal, para comenzar una nueva vida. Su llegada a un instituto no es bien acogida por sus compañeros; especialmente por Nacho, que enseguida le tiene celos y empieza a asediarle. La madre, Julia, es enfermera e intenta superar el vacío con pastillas; mientras Jordi, para no preocuparla más, le oculta las humillaciones que sufre en el colegio, que pronto se transforman en un agobiante bullying. Él también lo niega ante los profesores y su enigmático vecino, con el que trabará amistad. Asimismo, conoce a una chica de su edad, Ania –inmigrante–, que también padece acoso escolar. Pero las circunstancias se precipitarán hasta llegar a la tragedia.

Se trata del nuevo largometraje del veterano Josecho San Mateo (Madrid, 1949), famoso ayudante de dirección de Bardem, Berlanga, Borau, Mario Camus, José Luis Cuerda, Angelino Fons, Garci, Manuel Gutiérrez Aragón, Pedro Lazaga, Pilar Miró, Gonzalo Suárez y Fernando Trueba, entre otros, que saltó a la realización personal con Percusión (1980). Sin embargo, no lograría el reconocimiento como autor hasta veinte años después, al dirigir Báilame el agua (2000), que lanzó a Pilar López de Ayala y Unax Ugalde. Ahora, tras diversos filmes menores y sus continuos trabajos para televisión, San Mateo nos ha sorprendido con una película lograda y de candente actualidad.

El prolífico Josecho San Mateo, que también es profesor –ha dictado numerosas conferencias e imparte cursos sobre Guión y Dirección en distintas universidades españolas: Complutense, Carlos III, Camilo José Cela, Valladolid–, acomete con voluntad pedagógica este importante filme comprometido.

Basado en un guión original del asimismo reconocido Ángel García Roldán (autor de El viaje de Carol), inspirado a su vez en hechos reales, San Mateo va más allá de la mera crónica de sucesos, para adentrar al espectador en el miedo cotidiano, el temor de la vida ordinaria. De ahí que manifestara al poco de concluir el rodaje: “Bullying me produce terror, es algo interior que llevamos todos dentro y que no sabemos cuando saldrá para apoderarse totalmente de nosotros. La cámara vivirá siempre en la mente de Jordi (...) que se enfrenta al miedo de vivir, no a un miedo de colegas malotes, de adultos posesivos, fracasos escolares o primeros amoríos. No, su miedo como el mío al encontrarnos con bullying es enfrentarnos a nosotros mismos. No a “fantasmas”, por otro lado tan fácilmente recurrentes en las historias que nos rodean. No, no, su miedo reside en su propia respiración, en tropezar en su cuarto vacío, en la pantalla de su ordenador, en su avanzar por el pasillo oscuro, en contemplar la ciudad desde una terraza o paseando por un parque, en una llamada telefónica o en un simple mensaje recibido en su móvil, en alguien que te abre la puerta para que pases delante... incluso en la felicidad que Ania, su primer amor, pueda enseñarle”.

En efecto, Bullying trata de una grave problemática contemporánea –el 39 por ciento de los escolares sufren acoso en la Unión Europea y el 25 % en nuestro país, se dice en off al final del filme–, pero con el estilo de una película de terror. Se nota que el realizador domina el oficio y que ha trabajado en todos los géneros. Por eso, su crónica testimonial está narrada con buen pulso cinematográfico, con la profesionalidad de alguien que sabe hacer cine de veras, al tiempo que consigue involucrar al espectador en el dramático relato. Él mismo definiría su película como “impactante, llena de emociones, necesaria y un puñetazo al corazón”.

Francamente, me impactó la película, pues resulta convincente el discurso de Josecho San Mateo. Y también la crítica a las instituciones educativas. Incluso –aunque las comparaciones sean odiosas– me ha gustado aún más que la análoga Cobardes (2008), de José Corbacho y Juan Cruz; ya que en esta cinta precedente se opta por la comedia, mientras San Mateo se aproxima al thriller, que es lo que conviene mejor a la trama.

Con motivo de la presentación su película en el 12 Festival de Cine Español de Málaga, el crítico valenciano Joe Marlango estuvo acertado en una valoración que suscribo: “El problema del acoso escolar es una realidad cada vez más común e igualmente grave como otros problemas que han generado más concienciación en la sociedad actual. Sólo ya por eso el impacto que esta película causa en el público es importante. Bullying además es una notable película. Este drama nunca pretende quedarse en medias tintas, con lo que cae en un extremo del fenómeno que plasma de forma apresurada, como si fuese una caída libre hacia el infierno en sólo media hora. Pero como en una de las mejores películas de terror, el miedo y la angustia son constantes hasta el punto de sufrirlos el propio espectador. Esa gran incomodidad que genera es la prueba que la película transmite intensamente las emociones de su personaje principal y su situación, consiguiendo con creces su objetivo. El filme cuenta además con dos actuaciones de gran verosimilitud y calidad, pero Joan Carles Suau en el papel de acosador es impresionante. El director Josecho San Mateo, a pesar de darle a la cinta un aire de documental, crea varias escenas dotadas de una gran estética. A pesar de la dirección y actuaciones, Bullying dista mucho de ser una obra maestra en varios aspectos, pero genera el pavor de un acosado de una forma maravillosamente escalofriante y sin concesiones”.

Resulta espléndida interpretación de todo el reparto, con enorme naturalidad en el trabajo de los adolescentes –quiero destacar primordialmente al sufrido protagonista, el debutante Albert Carbó, que cursa Arte Dramático en el Institut del Teatre de Barcelona– y brillante la utilización del marco urbano de la capital catalana, así como la diversidad y el entendimiento lingüístico que se muestra.

No obstante, el público no ha respondido favorablemente ante un filme (éramos dos personas en una sesión de tarde) que puede servir para concienciar a padres y pedagogos; a la sociedad española, en una palabra.