sábado, septiembre 29, 2012

TADEO JONES TRIUNFA EN CHINA



Como escribió el crítico del Diario YA, Víctor Alvarado, “Las aventuras de Tadeo Jones (2012) no tiene nada que envidiar a ningún producto de Pixar, Dreamworks o Disney”. Ciertamente, esta película española de dibujos animados acaba de estrenarse en 2.500 salas de China, y está batiendo récords de taquilla en nuestro país.
 
No voy a hacer una reseña de este film, sino referirme al fenómeno que ha supuesto esta cinta de animación, dirigida por el especialista Enrique Gato, dibujada antes en cómic por Jan (Juan López Fernández), famoso por su personaje de Superlópez, y producida -entre otros- por los catalanes Edmon Roch y Jordi Gasull, también guionista y antiguos alumnos de quien suscribe.
 
En España, esta ingeniosa “relectura” del célebre Indiana Jones está superando a otras películas de animación, como Madagascar y Brave. En menos de un mes, nuestro Tadeo Jones había alcanzado los once millones de euros, con más de millón y medio de espectadores.
 
Ahora, con el estreno en el gigante asiático, y los siguientes que están previstos en Rusia, Gran Bretaña, Australia, Alemania, Italia, Turquía y Corea del Sur, esta espléndida producción autóctona -con un coste de 10 millones de euros de presupuesto- superará con creces la inversión. En Estados Unidos, le piden para su estreno nada menos que 20 millones de dólares en publicidad. Por tanto, su eficiente equipo creador (300 personas) ya podrá realizar la segunda parte.
 
Estamos, pues, ante el auge del cine de animación en España (recuérdese en éxito mundial de Planet 51, de Jorge Blanco, o de Arrugas, de Ignacio Ferreras). Un sector industrial, que cuenta con una Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación (Diboos) -que en 2011 facturaron 300 millones de euros-, y el cual ha sido consolidado con Las aventuras de Tadeo Jones, también en versión 3D.
 
(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 28-IX-2012)

lunes, septiembre 24, 2012

WOODY ALLEN: DE ROMA A ISRAEL, PASANDO POR RÍO


El más famoso cómico de la pantalla mundial, Woody Allen, que acaba de estrenar en España su última película -A Roma con amor-, ha sido invitado a rodar un próximo film en Israel. Allen, nacido en Nueva York pero de origen judío, abandonó el escenario habitual de su prolífica producción -el mundo intelectual y artístico de Manhattan-, para rodar una trilogía en Londres, una fallida película en Barcelona, una magistral obra en París y ahora una cinta en Roma.
 
Cuando al parecer ha cerrado un acuerdo para rodar su nueva película en Río de Janeiro, que incluirá también Argentina, el semanario de Los Ángeles, Jewish Journal, está recogiendo fondos para que Woody Allen realice su próximo film en Israel. De momento, hasta el pasado mes de agosto, sólo habían recolectado 23.000 dólares de los 9 millones previstos de un total de 18 que acaso precisaría ese rodaje.
 
No obstante, la bella actriz israelí Noa Tishby aparece en la web jewcer.com hablándole directamente a Woody Allen e invitándole a rodar en su país. Asimismo, allegados al presidente de Israel, Shimon Peres, y al alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, han revelado que ambos dirigentes visitaron al cineasta neoyorquino para convencerle que fuera a Israel para rodar el siguiente film. Es más, el alcalde puso a disposición de Allen un fondo de 400.000 dólares para que ruede en su ciudad.
 
El diario israelí Yediod Ahronot aprovechó la noticia para publicar una entrevista realizada por su corresponsal en París, Yaniv Jalili, en la que Woody Allen manifestaba sus simpatías por la nación judía, aunque no siempre ha estado de acuerdo -dijo- de cómo Israel se ha relacionado con sus vecinos. Cuando el periodista le preguntó por qué nunca ha visitado el país, Allen respondió: “No soy un turista. Viajo regularmente a tres ciudades que me encantan: París, Londres y Roma. No me gusta dejar mi casa porque soy un poco neurótico, y si viajo es por trabajo. (…) En cambio, a mi mujer sí le intriga Israel y quiere que vayamos allí con las niñas, para que puedan ver y entender la cultura judía de su padre. Supongo que vamos a ir pronto a Israel. No hay forma de evitarlo”. ¿Se titulará To Jerusalem with Love?

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 23-IX-2012)

jueves, septiembre 20, 2012

LOS 10 MEJORES FILMES NORTEAMERICANOS



Tras la lista publicada recientemente por la revista Sight & Sound, del British Film Institute de Londres, sobre las 10 Mejores películas de todos los tiempos, el American Film Institute de Los Ángeles acaba también de dar a conocer los 100 mejores filmes estadounidenses de la historia. Ésta es, pues, la nueva lista norteamericana (sólo publicamos los diez primeros títulos):
 
 1. Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles.
 2. El Padrino (1972), de Francis Coppola.
 3. Casablanca (1942), de Michael Curtiz.
 4. Toro salvaje (1980), de Martin Scorsese.
 5. Cantando bajo la lluvia (1952), de Gene Kelly y Stanley Donen.
 6. Lo que el viento se llevó (1939), de Victor Fleming.
 7. Lawrence de Arabia (1962), de David Lean.
 8. La lista de Schindler (1993), de Steven Spielberg.
 9. Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock.
 10. El mago de Oz (1939), de Victor Fleming

En su comunicado, el American Film Institute dice que, “el cine estadounidense, en muchos sentidos, refleja el país y que los cambios se deben en ocasiones al mercado del DVD, que rescata clásicos quizá olvidados entre la audiencia”.
 
Nótese que la obra maestra de Orson Welles sigue ocupando el primer lugar, seguido algunos títulos míticos y hasta comerciales, pero todos artísticos. Y aunque Victor Fleming tiene dos películas entre las diez mejores, cabe recordar que Gone With the Wind sólo la firmó, porque el verdadero artífice del film fue el productor, David O. Selznick. Entre las 100, hemos echado de menos La diligencia, de John Ford. Asimismo, la película más moderna es El Señor de los Anillos (2001).
 
 
(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 16-IX-2012)

martes, septiembre 11, 2012

BOLLYWOOD EN SEVILLA




Este verano la bella Plaza de España sevillana ha sido protagonista de otro rodaje. Famosa por haber sido escenario de películas como Lawrence de Arabia (1962), del maestro David Lean, que estableció en ese marco el cuartel general británico durante la Primera Guerra Mundial, y también por transformar su arquitectura neomudéjar en el palacio imperial del planeta Nabo, para El ataque de los clones (2002), de la famosa saga de La guerra de las galaxias, ahora ha sido invadida por la producción india de Bollywood. El año pasado ya se rodaron en este mismo escenario las escenas de masas del El dictador, la comedia interpretada por Sacha Baron Cohen.

En efecto, la prolífica industria del antiguo Bombay (hoy Mumbay) aterrizó en Sevilla para grabar tres vídeos musicales -antes estuvo en el Balcón de Europa de Nerja-, que puede ser el principio de una relación cinematográfica con la poderosa “fábrica de sueños” del suroeste de la India. 

El promotor ha sido el bailarín, coreógrafo y productor Sunny Singh, que asimismo ha protagonizado este rodaje con la cantante india Poonam, bajo la dirección de otro coreógrafo, Bosco Caesar, que es una estrella en su país (Premio Nacional). “Soy el primer coreógrafo que ha venido a España directamente de Bollywood”, afirmó Singh.

En la actualidad, el principal ingrediente de estos musicales indios son las secuencias rodadas en escenarios exóticos y pintorescos, mejor si son de Europa y de los Estados Unidos. Ese exotismo que el público occidental busca en la India los artistas de Bollywood parece que lo han encontrado en Sevilla. De ahí que una veintena de profesionales haya llegado a la capital andaluza en agosto, donde -comentó el veterano operador Rajan Theuar- hacía menos calor que en la India. 

Los productores de Bollywood, por tanto, han descubierto la histórica Plaza de España sevillana muchos años después que sus homólogos de Hollywood. Pero hoy, en la taquilla, le están haciendo la competencia. 

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 9-IX-2012)

jueves, septiembre 06, 2012

LOS CINEASTAS HAN SELECCIONADO SUS 10 MEJORES PELÍCULAS


 
Si recientemente comentábamos la selección de las 10 mejores películas de todos los tiempos por parte de la crítica y los historiadores, en la encuesta realizada por la revista especializada Sight & Sound (vol. 22, núm. 9, septiembre 2012), hoy damos cuenta de la votación que han realizado 358 directores de cine de todo el mundo.

Entre los convocados están Martin Scorsese, Quentin Tarantino, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Mike Leigh, Manuel de Oliveira, Aki Kaurismäki, Michael Mann o el español José Luis Guerín. También en esta nueva década ha sido desbancada Citizen Kane, que ha pasado al tercer lugar; mientras que una pieza maestra de Yasujiro Ozu ocupa el número uno, seguida por la más emblemática obra de Stanley Kubrick.

Estas son, pues, las 10 mejores películas de todos los tiempos, según los cineastas:

1. Cuentos de Tokio (Ozu, 1953)
2. 2001: Una Odisea del espacio (Kubrick, 1968)
3. Ciudadano Kane (Welles, 1941)
4. Ocho y medio (Fellini, 1963)
5. Taxi Driver (Scorsese, 1976)
6. Apocalypse Now (Coppola, 1979)
7. El Padrino (Coppola, 1972)
8. Vértigo (Hitchcock, 1958)
9. El espejo (Tarkovsky, 1974)
10. Ladrón de bicicletas (De Sica, 1948)

No obstante, ante la nueva lista generada por los cineastas, hay que añadir que suponemos que algunos directores han votado sus propias películas. De ahí, pues, la pequeñas diferencias entre las 10 mejores películas de todos los tiempos según la crítica y los historiadores. Aun así, hay que señalar también que el título más moderno seleccionado data de 1979. ¿En las últimas tres décadas no se ha realizado ningún film que merezca estar entre los diez grandes? Otro dato para reflexionar.

(Publicado en DE PELÍCULA, http://www.diarioya.es, 2-IX-2012)

sábado, septiembre 01, 2012

EL CINE INDEPENDIENTE BAJO EL FRANQUISMO

 
Con el título de "José María Caparrós Lera et le cinéma sous Franco", la nueva revista ARTÉFACT. Cultura éclectique, núm. 1 (septiembre 2012), pp. 94-99, acaba de publicar la entrevista que me realizó una joven periodista gala, que la ha traducido al francés.
He aquí, pues, la versión española
 
 
Interview par MARYS RENNÉ HERTIMAN 
 
 

- ¿Qué refleja el cine español realizado entre 1939 y 1975?

Ante todo, retrata la Dictadura franquista; es decir, las películas son un testimonio de la realidad social de esa larga época, con sus virtudes y miserias. Pero al mismo tiempo, se realizan filmes de crítica subrepticia al régimen de Franco, que también reflejan una oposición al sistema; aunque siempre dentro de lo que permitía la censura.

- Muchas películas recientes han reconstituido las miserias de la guerra y la dictadura de una manera edulcorada, casi idílica, como es el caso de La lengua de las mariposas o Belle époque. ¿Al “maquillar” la amargura de estos periodos, no se estaría rechazando todo compromiso histórico, creando así una reconstitución nostálgica de una República que nunca existió?

Esa reconstitución viene obligada por las películas propagandísticas que se realizaron durante el período dictatorial. Cuando llegó la democracia, hubo un boom de películas contrarias, donde los nacionales eran los malos y los republicanos los buenos; cuando “buenos” y “malos”, héroes y villanos, los hubo en los dos bandos. Es la ley del péndulo.

- ¿Cómo hacer cine independiente esquivando la censura?

Es muy difícil. Pero en España, durante la época de Franco, surgieron cineastas que lograron “engañar” al organismo censor. Pienso en las películas de Juan Antonio Bardem  y Luis García Berlanga, especialmente, o sobre todo Carlos Saura, en más de un film político. Además, tras al Nuevo Cine español de los años 60, nació un cine independiente -en 16 mm y llamado marginal- un tanto análogo al movimiento Underground estadounidense.

- Usted comentaba en una entrevista que “las películas son un testimonio de la realidad social y de la propia evolución del mundo contemporáneo. El cine europeo retrata nuestro Viejo Continente, la cultura de los diversos países y sus gentes…” ¿considera usted que el cine independiente de este período, es una forma alternativa de retratar la realidad histórica?

Ciertamente, películas testimoniales como Surcos (1951), de José Antonio Nieves Conde, ¡Bienvenido, Míster Marshall! (1952) y El verdugo (1963), de Berlanga, Muerte de un ciclista (1955) y Calle Mayor (1956), de Bardem, La caza (1965), de Carlos Saura, o Nueve Cartas a Berta (1965), de Basilio Martín Patino, por no citar más, son un retrato de la realidad histórica. Ahora bien, llamar a ese cine independiente ya es más discutible, pues todos los filmes estaban sometidos a la censura y dependían del contexto político.

- Si para Franco el cine era una máquina creadora de mitos, ¿qué representaba para los cineastas independientes?

No estoy seguro que para Franco el cine fuera tal máquina; pues el Dictador era prácticamente un cinéfilo -visionaba una media de dos películas por semana en el Palacio de El Pardo- y no logró que triunfara el cine propagandístico que intentó crear en los primeros años de la Autarquía (con Raza escrita por él). Por tanto, para los cineastas independientes era un medio de expresión, o de “contestación”, si queremos llamarlo así.

- ¿Las producciones independientes de la época guardan una significación particular dentro de la historia ibérica? Si es el caso, ¿dichas obras tienen un sentido hoy por hoy?

Son testigos de una época. Desde películas como La aldea maldita (1930), de Florián Rey, sobre el éxodo del campo a la ciudad, pasando por Aurora de esperanza (1937), de Antonio Sau, en torno a la crisis proletaria de los años 30, hasta llegar a filmes de reconstitución histórica como la obra maestra de Víctor Erice, El espíritu de la colmena (1973), metáfora de la posguerra española, o Los santos inocentes (1984), de Mario Camus, sobre el mundo rural de los años sesenta, para no llegar más cerca, esas obras tienen en la actualidad un gran valor historiográfico.

- ¿Cómo reaccionaba el público ante las producciones independientes?

La verdad es que nunca fueron muy comerciales; eran los intelectuales quienes las reconocían. El gran público no conectó demasiado con esas producciones. Se han valorado mucho mejor después, considerándolas fuentes coetáneas.

- ¿Se puede ver el cine independiente como una manera de (re)apropiarse o de (re)hacer la historia?
Ya he apuntado que es difícil considerar cine independiente a unas obras y autores que dependían del organismo censor y estaban sometidos a un régimen dictatorial. Acaso aquellos cineastas marginales sí intentaron, aunque sin éxito, esa re-escritura de la Historia. No obstante, en la Democracia española, hay realizadores independientes -aunque siempre sujetos por las subvenciones- que han roto algunos moldes establecidos. Sobre todo, en el movimiento que vengo denominando Joven Cine español, especialmente desarrollado en este cambio de siglo y con mucha presencia de mujeres directoras.

- Muerte de un ciclista (Bardem), Viridiana (Buñuel) y El espíritu de la colmena (Erice). Tres películas y un mismo objetivo: el reflejo de una sociedad marcada, conmocionada. ¿Qué impresión recoge de estas tres obras?

La emblemática película de Bardem es un agudo retrato de la burguesía madrileña, con sus miserias y cotradicciones; la pieza de Buñuel es una muestra surrealista de la España eterna; y la antes también valorada obra de Erice un paradigma que ha pasado a la historia como el mejor film autóctono de todos los tiempos.

- En su artículo "La Historia se aprende en el cine", usted citaba a Siegfried Kracauer, quien afirmaba que “los filmes de una nación reflejan su mentalidad de forma más directa que cualquier otro medio”. Sin embargo, los filmes de una nación podían condicionar mentalidades, tal es el caso del cine franquista, segundo frente de propaganda del régimen. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Por supuesto, por ejemplo, con las películas históricas de CIFESA, en la primera posguerra, se vendió una imagen del Imperio español que pretendía tener su continuidad en la España de Franco. Pero también, en el tardofranquismo, con el fenómeno del “destape”, se retroalimentó una sociedad reprimida que explotó con la crisis del sistema. Además, existía el noticiario NO-DO como segundo frente de propaganda, que vino a ser la Historia oficial de la Dictadura franquista.

- En el mismo artículo, usted comentaba que “el cine de ficción muestra los aconteceres cotidianos”. Pero, ¿de qué manera y bajo qué cristal?

Siempre los muestra subjetivamente, según la perspectiva de cada autor. Pero, como me comentaba el maestro Marc Ferro, las mejores películas históricas son las que tratan de sucesos cotidianos -fait divers, decía-. Pensemos en títulos como Ladrón de bicicletas (1948) o El tercer hombre (1949), paradigmas de la posguerra italiana y de la crisis de la conciencia europea en el inicio de la Guerra Fría, respectivamente. O, por citar ejemplos españoles de estos últimos años, los filmes testimoniales de Gracia Querejeta e Icíar Bollaín.

- Durante la década de los 50, surgieron unos encuentros extraordinarios que revolucionaron la forma de hacer cine en España. Las Conversaciones de Salamanca marcaron un hito y hoy son ejemplo de compromiso e inventividad. ¿Qué recuerda de este encuentro?

Fue el primer encuentro de Oposición al franquismo (1955). Y allí se establecieron algunas de las bases del referido Nuevo Cine español de los 60. Con el tiempo, surgieron “enemigos” de aquellas históricas Conversaciones. Pero hay que reconocer que fueron muy valientes, dado el contexto político. Y algunas de sus conclusiones han estado vigentes  durante años.

- ¿Cuál es el legado dejado por el grupo de “las Tres Bes” (Belanga, Bardem y Buñuel)?

El binomio Berlanga-Bardem fue el gran precursor del Nuevo Cine español de la década de los sesenta, además de recoger la herencia del neorrealismo a la española. Mientras que Buñuel, maestro del surrealismo, influyó en autores como Carlos Saura, que se considera su discípulo, e incluso en cineastas tan personales como Manuel Gutiérrez Aragón, próximo éste al realismo mágico.

- ¿Cuál es el peso de La Escuela de Barcelona?

Fue una variante de la “nueva ola” de los 60, contraria al llamado cine mesetario -que se hacía en Madrid-, un movimiento experimental y vanguardista, más cercano a Europa que a la idiosincrasia típicamente hispana.

- En su artículo "¿Es posible explicar la Historia con el cine?", usted citaba al teórico Robert A. Rosenstone, para quien “ha llegado el momento en el que el historiador debe aceptar el cine como un nuevo tipo de Historia, junto a la oral y a la escrita”. Sin embargo, J. A. Bardem afirmaba que “El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, estéticamente nulo, intelectualmente ínfimo e industrialmente raquítico” (Conversaciones de Salamanca) ¿Qué nos puede decir al respecto?
 
Las declaraciones críticas de Bardem datan de 1955, y se referían a la particular situación de la cinematografía española de aquella época. Mientras que la afirmación del profesor Rosenstone (1995) es una defensa del cine como fuente instrumental de la ciencia histórica. El primero es un cineasta, que analiza los filmes de su país; y el segundo, un historiador que, cuarenta años después, reivindica las películas como otra forma de escribir historia.

- Luego de tantos años de desempeño como crítico e historiador cinematográfico, ¿qué recoge del cine hispano, y en particular, del cine independiente, realizado durante el período franquista?

Vuelvo a insistir en lo que dije al principio: el cine español, ya sea al servicio del sistema franquista, como el calificado de independiente, ha sido -y es como fuente histórica permanente- un importante testimonio para estudiar y comprender lo que fue la Dictadura de Franco; pues a través de las películas de ese período podemos ver cómo era la sociedad española: sus gentes, su manera de vivir, sus formas de amar, comportarse, sufrir, hablar y hasta de vestir. Y, también, han ayudado a los españoles -mejor o peor- a “soñar despiertos” en las salas cinematográficas durante esos 40 años de dictadura.