viernes, octubre 31, 2014

GRAN ÉXITO DE LA NUEVA FIESTA DEL CINE


La nueva Fiesta del Cine ha superado por primera vez los dos millones de espectadores. Esta VII edición ha llegado a los 2.196.101 espectadores, un 15% más que hace seis meses y 28% más que el año pasado. En dinero las salas han recaudado 6.3 millones de euros. El miércoles 29 de octubre fueron al cine 904.185 espectadores, un 3% más que en la anterior convocatoria, un 20% más que el martes y un 247% más que el miércoles de la semana pasada.
No obstante, se esperaba más de este tercer día, vistas las dos jornadas precedentes: no ha superado el récord de un millón de espectadores en un solo día, que parecía factible. Las tres películas más vistas estos tres días han sido Drácula, la leyenda jamás contada; Torrente 5: Operación Eurovegas y El protector. Uno de los filmes más beneficiados de este evento ha sido La isla mínima, del sevillano Alberto Rodríguez, que durante el fin de semana ha estado la décima en el listado de las películas más vistas, y que en la Fiesta del Cine ha subido hasta el sexto lugar.
Según los datos aportados por Rentrak, el martes 28 fueron al cine 709.104 espectadores, lo que supone un 29% más que la última edición y un 36% más que la fiesta del año pasado. Si se compara con el pasado martes, hubo 38% más de entradas vendidas. Del lunes 27 para el martes aumentaron un 32% los asistentes al evento.
Estamos, por tanto, ante una nueva experiencia: si los exhibidores bajan el precios de las entradas a 2,90 euros, el público llena las salas. ¡Señores empresarios: tienen que tomar una determinación si quieren mantener los cines abiertos! Ayer vi la citada película española de Alberto Rodríguez, La isla mínima, y éramos tres espectadores en la primera sesión de tarde.


lunes, octubre 20, 2014

"BLANCA COMO LA NIEVE, ROJA COMO LA SANGRE", UN FILM RECOMENDABLE


Giacomo Campiotti ha traducido en imágenes con brillantez una historia cotidiana que captaría a numerosos adolescentes de varios países, basado en el best-seller de Alessandro D’Avenia -un joven profesor italiano, autor de esta novela realista-;  pues Bianca come il latte, rossa come il sangue -título original del libro- ya cuenta con varias ediciones en distintos idiomas.

Me ha sorprendido la poca resonancia entre la crítica y el gran público de este importante film; no quisiera pensar que ha sido silenciado. Está producido en 2013 por Luca Bernabei, a través de Lux Vide, firma para la que también realizó Campiotti otras obras notables, como Prefiero el Paraíso (2010) y Moscati, el médico de los pobres (2017), además de series televisivas tan celebradas como Bakhita (2009). Pues como los títulos citados, se trata de una película con hondos valores humanos y de plena actualidad.

Narra una historia de amor adolescente, y capta con enorme espontaneidad el amor platónico de un estudiante de Secundaria en un Instituto público, en Verona, con la rebeldía e inestabilidad sentimental propias de la edad. El crítico y profesor Juan Orellana valoraría así Blanca como la nieve, roja como la sangre: “La película tiene una dimensión pedagógica, ya que enfrentar a los jóvenes a la cuestión de la verdadera naturaleza del amor, del sentido del sufrimiento y del valor de la vida -y de la muerte- no es cosas banal hoy en día, y aunque la cinta carezca afortunadamente de didactismo, es muy sincera al plantear tales cuestiones, sin énfasis necesarios. También la relación entre el profesor y Leo es un guiño para el público más adulto sobre la naturaleza de la tarea educativa”.

Giacomo Campiotti (Varese, 1957) ha sabido sacar partido a los jóvenes actores que protagonizan con gran naturalidad el simpático relato, como si no estuvieran actuando; sobre todo, Filippo Scicchitano como Leo, y Aurora Ruffino en el papel de su fiel amiga Laura.

Estamos, por tanto, ante un fresco melodrama juvenil, que vale la pena visionar, y olvidarse de subproductos como Torrente 5, que están batiendo la taquilla española y los cuales manifiestan el bajo nivel de un sector de espectadores del país. Este tipo de obras, como las novelas para adolescentes que escribe el filósofo José Ramón Ayllón, son un aliciente para nuestros estudiantes y sirven asimismo para aproximar a los adultos a cierta problemática de la juventud actual.


(Publicado en la sección de "Sociedad" del Diario YA, www.diarioya.es, 20-X-2014)
    

lunes, octubre 13, 2014

CLAVES DE UN ÉXITO TORRENCIAL


Una saga denostada y paradigmática

El fenómeno creado por Santiago Segura es de difícil comprensión. De hecho, es un debate recurrente entre los historiadores del cine. ¿Por qué el público llena las salas con cada entrega?


Por CARMEN DELIA ARANDA


Isaki Lacuesta, David Trueba, Isabel Coixet, Juanma Bajo Ulloa... En el libro Historia del Cine de Román Gubern aparecen muchos nombres propios del cine español, pero no hay una sola mención a Santiago Segura y su Torrente. Sin embargo, la saga creada por el director madrileño hace 16 años es el producto más rentable del cine español, capaz, incluso, de levantar los habitualmente negativos datos de taquilla de la industria patria.

De hecho, el estreno de Torrente 5: Operación Eurovegas logró llenar las salas españolas y, en muchas, se llegaron a agotar las entradas.  En solo unos días, la película ha logrado recaudar 2,8 millones de euros, convirtiéndose en el mejor estreno español del año.

El objetivo de su director, Santiago Segura, es  superar los 19 millones de euros que recaudó con la anterior entrega, Torrente 4: Lethal Crisis y, sobre todo, rebasar la película más taquillera de la saga, Torrente 2: Misión en Marbella, que amasó más de 22 millones de euros. En total, la saga suma 15 millones de espectadores y 71 millones de euros de recaudación.

¿Qué tiene Torrente que no tenga el resto del cine español? ¿Cuál es la fórmula mágica que ha encontrado Segura con las peripecias de este expolicía fascista,  machista, alcohólico y putero? ¿Por qué este entretenimiento irreverente fascina a millones de españoles que solo van al cine a ver estas películas?

Para el catedrático de Historia del Cine de la Universidad Complutense de Madrid, Emilio García Fernández, el mayor atractivo de Torrente es que se trata de "un cine simple, sencillo, arraigado en la comedia picaresca y muy cercano al cine de décadas pasadas, a aquel cine que era visto masivamente por el público y denostado por los críticos e intelectuales que solo pensaban en ver aquellas películas crípticas, oscuras y reservadas para un nivel cultural superior". Además, en opinión de García, "el éxito de Torrente se encuentra, sin duda, en la capacidad que tiene como producto para hacernos reír, pasar el rato, relajarnos y ver que España sigue siendo igual".

Por su lado, el profesor de Historia del Cine en la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Sánchez Noriega, el éxito de Torrente reside en el carácter popular del personaje, un hombre cateto y basto, que "establece una conexión con los aspectos más primarios del ser humano. Por este fuerte atractivo  tiende a caer simpático, a pesar de matices ideológicos", explica el también coordinador de la web y el anuario Cine para leer, que reúne las críticas cinematográficas de las películas exhibidas en Madrid desde 1972.

Más beligerante con la saga de Santiago Segura es el catedrático de Historia Contemporánea y Cine de la Universidad de Barcelona José María Caparrós Lera. En su opinión, Torrente es más un fenómeno sociológico que artístico. "Aún recuerdo con estupor la carta que recibí del mismo Santiago Segura, juntamente con una copia en vídeo del primer film de la saga, pidiéndonos a los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España que, si teníamos agallas, votáramos su película para los premios Goya, que era una de las más malas del cine español, hecha así, a propósito, para destruir el arte tradicional".

Según Caparrós, el triunfo de la saga reside en que retrata parte de la sociedad española que, por desgracia, existe. "Volviendo de un congreso sobre cine en Marruecos, unos colegas de Madrid me comentaron que hay gente en barrios de la capital como Torrente y sus compinches. De ahí el éxito. Y en otro congreso sobre cine español en Ohio, un colega me dijo que estaba realizando una tesis doctoral sobre Torrente porque representaba a un sector de España. Es más, durante el estreno de la primera película de la serie, en Barcelona, comprobé cómo un grupo de amigos –que llevaron motos, a modo de banda– dialogaban y discutían con el personaje central durante la proyección. Era más interesante la reacción de ese tipo de espectadores que el propio filme", sostiene.

Caparrós entiende que Torrente es cine gamberro sin pretensiones. Sánchez Noriega es de la misma opinión. Sostiene que no se puede calificar la saga de subversiva. «No hay una vuelta de tuerca, aunque tampoco es cine reaccionario. Segura dibuja una caricatura y, en cuanto caricatura que es, la película no defiende los valores del personaje, pero no aprecio que al poner de relieve esos valores racistas y sexistas haya una crítica subrepticia o mensaje subversivo. Tendría que tener otro tipo de guiños», apunta el experto.

En esa misma línea se pronuncia García Fernández. "La tristeza y ruina moral de una sociedad vista desde la risa te invita a poner los pies en el suelo, a salir a la calle y ver la realidad. A nadie se le oculta que la sociedad machista, tramposa y casposa también vive en las urbanizaciones de lujo y consumen productos de alta gama». García recalca el carácter satírico de Torrente que, en su opinión, arremete contra la bajeza moral de políticos y empresarios y que da cuenta «de la maniobra de los totalitarismos que quieren aprovecharse de las debilidades sociales y económicas de los ciudadanos». Sin embargo, reconoce que «carece totalmente de pretensiones artísticas, cosa que lejos de negar su existencia puede ser una virtud pues no se trata de que la película que te haga llorar sea buena y la que te provoque risas sea una zafiedad".

Sánchez Noriega sostiene que la saga de Segura carece de ambición estética, aunque recuerda que la calidad de las películas no se corresponde al perfil del público al que  van dirigidas. En este sentido, recuerda el cine popular de John Ford o las comedias italianas de los 70. "El problema de los adolescentes es que vean únicamente este tipo de cine.No creo que sea negativo ver este cine, pero nunca se construye a un nuevo espectador solo con este tipo de cine", comenta el experto preocupado con que el público español solo disfrute del "cine más popular y popularecho".

Por su lado, García Fernández entiende que Torrente no está hecho para adolescentes, sino para un público amplio. "Está pensado para ganar mucho dinero", apunta el catedrático que subraya que, aunque muchos critiquen lo absurdo y chabacano del producto, "se olvidan de que lo que busca una inmensa mayoría de los españoles es ir al cine a pasar el rato".

A pesar de su aplastante capacidad para el entretenimiento y el humor, Santiago Segura solo recibió el Goya al mejor director novel por Torrente, el brazo tonto de la ley, en 1998. Desde entonces, solo le ha caído otro premio, el Moco deluxe de los galardones Yoga, los anti-Goya, por el tráiler de Torrente 4.
Ha sido muy criticado por haber insuflado vida a un personaje tan zafio, racista, machista y, en general, execrable. Sin embargo, él siempre se ha defendido aludiendo al carácter esperpéntico de sus personajes, que vienen a levantar la alfombra de una España que esconde mucha caspa y monstruosidad. Incluso se escuda esgrimiendo la herencia neorrealista y berlanguiana de su obra.

DEGRADADO PERO RENTABLE

De lo que no hay duda es de su éxito de recaudación. Aunque  tampoco satisface a todos. En esta corriente de opinión se enmarca José María Caparrós quien cree que "películas como Ocho apellidos vascos y Torrente salvan anualmente la taquilla del cine autóctono. Pero es lamentable, ética y artísticamente, que la endémica industria del cine español se recupere con este tipo de filmes".

Para Sánchez Noriega, en este sentido, el fenómeno es positivo. "Torrente hace industria. Contribuye a que los cines tengan público. Las películas que funcionan bien son positivas para el conjunto. Si las salas ganan dinero con estas películas, pueden apostar por otras no tan populares. Esa posibilidad de equilibrar la oferta cinematográfica siempre es bienvenida. Aunque las películas rentables no tengan interés o ambición artísticas, al final apoyan la proyección de obras de mayor calado o ambición estética que, por su  naturaleza, se destinan a un público restringido".

Para García Fernández, lo importante es que la gente acuda a las salas y, para ello, el cine español tiene que plantear proyectos más comerciales como Ocho apellidos vascos o El Niño, o mejor aún, apuestas que aunen la calidad con la taquilla, como La isla mínima, que, por desgracia, no están en cartel "el tiempo suficiente como para que se pueda ver regularmente en todos los lugares de España".

En este sentido, García plantea con rotundidad dos premisas para garantizar la supervivencia de la industria: "no se puede hacer siempre cine de autor, porque ese cine hunde a cualquier industria cinematográfica. La segunda, que a esos directores-autores les importa muy poco que su película sea vista por más o menos espectadores, pues lo único que quieren es hacer supelícula".

Por todo lo expuesto, quizá Román Gubern tenga razón y la escasa calidad artística de Torrente le impida entrar en los libros de historia del cine pero, sin duda, su incidencia social, cultural y económica lo hacen merecedor de un capítulo aparte.


(Publicado en CANARIAS 7, Las Palmas de Gran Canaria, 8-X-2014, pp. 2-3)  

domingo, octubre 05, 2014

CRISIS DE LOS VIDEOCLUBS


Cuando aparecieron en la década de los ochenta, los videoclubs hicieron un gran servicio a los cinéfilos. En 1987, incluso me atreví a publicar un catálogo de películas -El cine, espectáculo y evasión- para orientar al gran público que se asomaba a estas tiendas de alquiler y después de compra de vídeos.
Pero actualmente están desapareciendo, debido al fenómeno de la piratería y la competencia de las bibliotecas municipales, que junto a libros y música, ofrecen DVD’s de películas.
El local más importante en Barcelona, Video-Instan, que fue el primero que se abrió en España, ha lanzado un S.O.S. La tienda de la calle Enric Granados, de la Ciudad Condal, con 34 años de existencia, posee una videoteca especializada con más de 44.000 referencias diferentes, que ha ayudado mucho a los espectadores y profesores durante este largo período Ahora pide ayuda a las autoridades con el propósito de no desaparecer. A tal fin, han recogido 5.000 firmas de apoyo.
“Necesitamos que haya una ley antipiratería y que se aplique”, manifiesta la responsable de Video-Instan, Aurora Depares. Y añade: “Hemos llamado a todas las puertas, a la Generalitat, al Ayuntamiento… Hemos pedido que se nos declare tienda emblemática. De esta manera recibiríamos una ayuda durante un par de años, y si en este tiempo saliera adelante una ley…”.
La verdad es que ‘puntilla’ también la ha puesto la subida del IVA, junto a la descarga ilegal de películas, aparte de la competencia de las bibliotecas públicas. Aurora Depares concluye así: “Si a la piratería le añades el 21% del IVA, te encuentras que todo va en contra. Nosotros hacemos también de mayoristas y vendemos a tiendas pequeñas, y sabemos lo que está pasando. De todo el mal que padece el sector, el 70% viene de la piratería, un 15% de la subida del IVA y solamente el 15% restante de los cambios en los hábitos de consumo del ocio”.
El gran archivo de filmes de Video-Instan -muchos ya descatalogados- no se puede perder.